El
GOB considera que la propuesta del ministro Jaume Matas, de construir un total de seis desaladoras en las Balears para
solucionar el problema de la falta de agua, constituye, desde el punto de vista ambiental y económico, una auténtica barbaridad, ya
que su puesta en marcha implicaría que en poco tiempo se tendría que construir una nueva central eléctrica, a la vista del elevado
consumo energético que conlleva el funcionamiento de las desaladoras.
Por ello, el grupo ecologista opina que las inversiones prioritarias en cuestión de agua en las Balears se deberían dirigir hacia otras
prioridades, y propone como alternativa un cambio en la política hidráulica, con el objetivo de gestionar mejor los actuales recursos y
a la vez apostar por el ahorro, la reutilización de las aguas depuradas y la paralización del crecimiento urbanístico.